La lumbalgia se conoce familiarmente como “dolor de riñones” y está localizada en la parte baja de la espalda, en la región lumbar. La causa principal proviene de alteraciones de las diferentes estructuras que forman la columna vertebral como: ligamentos, músculos, discos vertebrales y vértebras. El dolor se define como agudo si dura poco tiempo, de unos días a pocas semanas, o crónico si dura más de tres semanas.
Según el origen del dolor, el tratamiento va a ser distinto. En casos de origen mecánico, debido a alteraciones de la columna vertebral por una mala postura o una práctica deportiva inapropiada, aplicaremos frío en la zona, mientras que en caso de origen inflamatorio aplicaremos calor.
NORMAS de HIGIENE POSTURAL
El paciente debe aprender a cuidar su espalda para disminuir el dolor, y evitar recurrencias. Para ello es fundamental realizar ejercicios y aplicar unas normas de higiene postural:
- Por ejemplo, el reposo en la cama (preferentemente con colchón duro) debe ser en decúbito supino, es decir, boca arriba, o lateral, y en este caso se aconseja poner una almohada entre las piernas.
- Cuando nos levantamos de la cama debemos apoyarnos en los brazos e impulsarnos con las manos, manteniendo la espalda recta.
- También es conveniente ajustar la mesa de trabajo a una altura adecuada, utilizando sillas que permitan apoyar la parte baja de la espalda, y si es posible reclinarla.
- Por otra parte, los pesos deben levantarse en posición frontal y llevarse lo más cerca posible del cuerpo.
- Al recoger objetos del suelo, siempre deben flexionarse las rodillas.
- Cuando se conduce es conveniente realizar paradas cada dos horas, haciendo estiramientos de la musculatura lumbar. Es aconsejable ponerse una almohada o una toalla enrollada en la parte baja (curva) de la espalda.
- Además, debemos vigilar la forma de andar y sobre todo no usar tacones altos si hay que andar durante mucho tiempo, haciéndolo con la cabeza alta, la pelvis hacia delante y los pies rectos.
¿CÓMO podemos ALIVIAR los SÍNTOMAS?
Por último, para conseguir aliviar los síntomas puede ser aconsejable el uso de algún dispositivo, como las fajas.
También se puede recurrir a analgésicos y antiinflamatorios, como paracetamol, ibuprofeno o ácido acetilsalicílico en dosis bajas, según la intensidad del dolor, y siempre consultando a un profesional de la salud como su farmacéutico o su médico.
Una vez se consigue que el dolor desaparezca, conviene hacer una reeducación postural, para prevenir posibles recaídas.
CONSEJOS
- Analgésicos y antiinflamatorios en dosis bajas pueden proporcionar alivio, pero siempre debe consultar con su médico o farmacéutico.
- Para prevenir posibles recaídas es conveniente hacer una reeducación postural.