Última actualización: Enero 2019
En diversos estudios se ha demostrado que hay relación entre el consumo de sal y la aparición de hipertensión arterial.
Una reducción de sal en la dieta se asocia a una disminución de las cifras de presión arterial.
Sobre todo es importante reducir el consumo en pacientes más sensibles a la alteración de la presión arterial por el consumo de sal, como es el caso de los pacientes de edad avanzada, los diabéticos y los pacientes con obesidad.
CÓMO REDUCIR la sal de nuestra dieta
- Utilizando poca sal
- Evitando los alimentos procesados ricos en sal (como por ejemplo: embutidos, conservas, precocinados, etc.).
- Utilizando otras especies, como hierbas aromáticas, zumo de limón, ajo fresco o polvo de ajo o cebolla para condimentar los platos.
- Leer las etiquetas de los envases para saber el contenido en sodio.
¿Qué hay que EVITAR?
- Sal de cocina y de mesa, sal yodada, sal marina, sal de apio.
- Carnes saldas, ahumadas y curadas.
- Pescados ahumados y secos, caviar.
- Embutidos en general.
- Quesos en general (son tolerables los quesos blancos y tiernos).
- Pan y biscottes con sal (excepto cantidades menores de 50gr).
- Olivas.
- Sopa de sobre, purés instantáneos, patatas fritas.
- Zumo de hortalizas envasados.
- Frutos oleaginosos salados.
- Pastelería industrial (las galletas, las pastas y los pasteles son alimentos ricos en sal).
- Mantequilla o margarina con sal.
- Agua con gas y bebidas gasificadas.
- Condimentos salados, mostazas, conservas en vinagre, salsas.
- Sopas y pastillas de caldo (excepto las que son sin sal).
SALES de régimen
En general además de tener un gusto distinto, no son convenientes porque pueden elevar el potasio en caso de enfermedades renales o cuando consumen medicamentos antihipertensivos.
PRODUCTOS DIETÉTICOS bajos en sal
En caso de ser utilizados es conveniente prestar especial atención al etiquetaje donde está claramente indicada la composición tan cualitativa como cuantitativa.