El picor es uno de los síntomas más frecuentes en alteraciones de la piel, pero también puede aparecer en otras enfermedades. Es una sensación desagradable que se alivia rascando la misma piel. Sucede que con el rascado excesivo se produce mayor irritación y heridas superficiales que a su vez pueden infectarse.
Es una sensación distinta del dolor, pero que parece compartir con él vías de transmisión del estímulo, sin que se conozcan con certeza todos los mecanismos implicados. De hecho, el picor es una respuesta de nuestro cuerpo cuando existe una alergia, ya sea a un medicamento, un alimento, una planta o una picadura de insecto.
¿Una ENFERMEDAD HEPÁTICA puede causar dolor?
Algunas causas del picor son obvias, como es el caso de las picaduras de insectos o las quemaduras solares, pero es también síntoma de enfermedades dermatológicas como la soriasis, la dermatitis atópica, el eccema, la caspa o la piel seca. Aparece igualmente en infecciones, como el denominado pie de atleta, y en infestaciones, como la sarna o los piojos.
El prurito puede presentarse en todo el cuerpo o únicamente en un área limitada.
El prurito localizado suele ser causado por:
- picaduras de insectos,
- irritación por contacto con distintos productos químicos o plantas como la ortiga.
El prurito más generalizado suele ser consecuencia de:
- reacciones alérgicas
- o enfermedades renales o hepáticas.
Asimismo, también algunos medicamentos pueden desencadenar picor como efecto secundario no deseado, que, sin ser grave, puede impedir la continuación del tratamiento.
El TRATAMIENTO
- En los casos en que sea fácil deducir la causa del prurito (por ejemplo, en picaduras de insectos, ortigas…), en primer lugar se eliminará ésta y se procederá a aplicar un tratamiento contra los síntomas, con fármacos antipruriginosos o corticoides de baja potencia.
- El prurito recurrente, generalizado o sin causa obvia necesitará examen médico tan pronto como sea posible, para determinar la condición o enfermedad que lo origina. En este caso, se instaurará el tratamiento correspondiente a la patología causante y se controlarán los síntomas con medicamentos antipruriginosos, corticoides y/o calmantes.
- Además, también es muy común el picor asociado a la sequedad de la piel, especialmente en personas de edad avanzada. Esta situación se presenta con mayor frecuencia en invierno, por el aire frío y la disminución de la humedad en los recintos interiores con calefacción. En estos casos, la piel pierde humedad y puede irritarse e inflamarse. Se recomienda mantener la humectación de la piel. Los baños de avena también ayudan a suavizarla.
Si la sequedad persiste a pesar del tratamiento, o si se desarrollan nuevos síntomas, se deberá acudir al dermatólogo para un diagnóstico adecuado.
CONSEJOS
- Los baños o duchas serán de corta duración, con agua templada y usando poco jabón.
- El prurito generalizado suele acentuarse por la noche.
- Es fundamental mantener la piel hidratada; pida consejo a su farmacéutico.