Última actualización: Julio 2021
Todas la funciones del organismo cambian a medida que envejecemos y, entre ellas, el sueño. Aunque no a todo el mundo le afecta con la misma intensidad ni en el mismo momento.
El sueño se modifica con la edad, tanto por el número de horas dormidas, es decir, la cantidad, como por la calidad, donde se encuentran las diferencias más importantes.
Esto es debido a cambios en los patrones de sueño nocturno y también a cambios en el ritmo circadiano sueño-vigília y contribuye a que el sueño de la personas mayores se caracterice por ser más frágil que el de los jóvenes. Esta circunstancia junto con otros factores comunes en las personas mayores puede propiciar el insomnio.
Mientras dormimos, la actividad cerebral va pasando por una serie de fases que se suceden de forma regular en ciclos de unos 90 minutos, ciclos que se repiten unas cuatro o cinco veces en toda la noche. Estas fases van desde un sueño ligero a uno profundo, aquel que proporciona la sensación de haber tenido un descanso realmente reparador.
En la persona adulta suelen producirse también un par de despertares por noche, aunque de muy corta duración. Y, en muchas ocasiones, imperceptibles para quien duerme, ya que suelen coincidir con momentos en que se cambia de posición.
- Con la edad suelen aumentar los despertares nocturnos y son lo suficientemente largos como para permitir tomar conciencia de ellos.
- También se produce una prolongación de la fase de inicio del sueño, o lo que es lo mismo, la persona tarda más en dormirse desde que se va a la cama.
- Asimismo, se presenta una pérdida progresiva de la fase de sueño profundo.
Todos estos cambios configuran las importantes modificaciones que se presentan en las personas de edad avanzada.
FACTORES que contribuyen al DETERIORO DEL SUEÑO
- Cambios fisiológicos propios del envejecimiento.
- Patologías propias del sueño más frecuente en estas edades como el insomnio o la apnea del sueño, entre otras.
- Existencia de enfermedades como el Alzheimer, insuficiencia cardíaca, dolor causado por artritis, depresión, incontinencia urinaria,…
- Sedentarismo
- Alcohol y estimulantes como la cafeína y la nicotina
- Ciertos medicamentos y complementos.
RECOMENDACIONES
Para conseguir un descanso suficiente, se recomienda:
- procurar un entorno apropiado. Además, de intentar tener una regularidad horaria que ayude a conciliar el sueño.
- Las tendencias sedentarias de las personas de mayor edad también aumentan los problemas de insomnio. Mientras que la realización de ejercicio, aunque sólo sea andar de una forma adecuada a la edad y situación física de cada uno, suele proporcionar una clara mejoría.
- Los medicamentos diuréticos son también a veces culpables de los despertares. A menudo, una simple redistribución horaria de su toma puede aportar resultados significativos.
- Es importante evitar aquellas causas modificables que pueden provocar perturbaciones del sueño. Llevar un estilo de vida saludable es la mejor manera de evitar este trastorno en ancianos.
El TRATAMIENTO
Conocer el problema que produce el trastorno es muy importante para establecer un correcto tratamiento por lo que la elección se hará siempre de forma totalmente indivualizada.
- Un tratamiento prolongado puede producir dependencia para coger el sueño. Si hay alguna causa o enfermedad de base que ocasione el insomnio también deberá ser diagnosticada y tratada de forma adecuada.
- Las plantas medicinales también producen resultados satisfactorios para abordar este problema, ya que no alteran la estructura del sueño.
Recordad
- Los problemas de insomnio son habituales en las personas de edad avanzada.
- Es importante eliminar los factores que pueden impedir el descanso adecuado antes de instaurar un tratamiento.