18Los viajes más apasionantes pueden ser también a veces origen de trastornos molestos en nuestro organismo, como, por ejemplo, los intestinales.
Es frecuente la aparición de diarreas producidas por microorganismos que se encuentran en el agua o en los alimentos consumidos cuando se está fuera de casa, que se han podido contaminar por una manipulación, almacenamiento o conservación incorrectos.
¿Cómo lo podemos PREVENIR?
La principal arma contra este trastorno, conocido como “trastorno del viajero”, es la prevención.
- Es importante consumir únicamente agua embotellada o refrescos,
- y evitar, por ejemplo, los cubitos de hielo.
- Además, hay que extremar las medidas higiénicas, lavarse las manos a menudo y,
- en los lugares donde se dude de la potabilidad del agua, utilizar agua embotellada para lavarse los dientes y evitar ingerir agua en la ducha.
- En cuanto a la alimentación, se recomienda consumir los alimentos cocinados y servidos bien calientes —los alimentos cocinados deben conservarse a una temperatura inferior a 8ºC o superior a 60—
- y, en el caso de los alimentos que sean crudos, como la fruta, comer sólo aquella que se pueda pelar.
- Es importante lavarse muy frecuentemente las manos con jabón, principalmente antes de las comidas.
- No es recomendable consumir pescado crudo ni comer en puestos callejeros de venta ambulante.
- Se deben evitar las ensaladas, salsas y preparados que contengan huevo crudo, tomar sólo leche pasteurizada y evitar los helados caseros.
TRATAMIENTO
Lo más importante es la rehidratación, para evitar la deshidratación. Para conseguirla se emplean líquidos ricos en glucosa y minerales, siendo lo más fácil y rápido los sueros ya preparados que, además del agua, aportan todos los electrolitos perdidos por las heces.
Si dichos sobres o líquidos rehidratantes no están disponibles, se puede preparar una solución casera de rehidratación, a base de:
- agua hervida, un litro
- azúcar, dos cucharadas soperas
- sal, media cucharada de café
- bicarbonato, media cucharada de café
- el zumo de un limón mediano
Esta solución se tomará en pequeñas cantidades cada una o dos horas.
Pueden ingerirse también agua, soluciones acuosas azucaradas, agua de limón o té. Podría utilizarse también agua de arroz, pero es un poco difícil prepararla cuando uno se encuentra de viaje, y resulta más rápido y completo utilizar el suero de rehidratación.
Debe evitarse la ingestión de leche, derivados lácteos y bebidas con cafeína.
En las primeras horas, lo principal es la rehidratación, e ir introduciendo los alimentos sólidos paulatinamente según la mejoría. La dieta inicial debe ser una dieta astringente, que incluya, por ejemplo, tostadas, arroz blanco, pollo o pescado blanco a la plancha o hervido, manzana asada… Inicialmente, se tomarán en poca cantidad, para aumentar luego las raciones en función de la tolerancia.
En general, para tratar la “diarrea del viajero”, es suficiente con el reposo y la citada dieta líquida. Sin embargo, en algunos casos se puede necesitar un antidiarreico.
Algunas diarreas infecciosas en enfermos, personas mayores, embarazadas o bebés pueden requerir tratamiento médico, pero la mayoría de los casos se resuelven después de cuatro días o una semana.
CONSEJOS
- En caso de diarreas, lo más importante es la rehidratación empleando líquidos ricos en glucosa y minerales, siendo lo más fácil y rápido los sueros ya preparados que, además del agua, aportan todos los electrolitos perdidos por las heces.
- Por prevención, la regla de la alimentación cuando se viaja —principalmente a países en vías de desarrollo— es desechar todo aquello que no esté bien cocido o no podamos lavar con agua potable o pelar.