La endometriosis es una enfermedad crónica que se caracteriza por la localización de fragmentos de endometrio (el tejido que recubre el útero) fuera de su ubicación normal, en zonas como los ovarios, las trompas de Falopio e incluso intestinos, bufeta o recto. Este hecho induce a una inflamación de carácter crónico.
¿POR QUÉ ocurre?
El endometrio del útero y el tejido desplazado responden de la misma forma a las hormonas que se producen durante el ciclo menstrual. Así pues, este tejido incrementa su grosor para acoger si es necesario el huevo fecundado y, en ausencia de fecundación, se elimina con la menstruación.
El problema es que los tejidos de fuera del útero no pueden eliminar el endometrio que se ha desprendido y responden a ello formando tejido cicatricial o adherente dando lugar a quistes ováricos, nódulos y adherencias que son los causantes del dolor y las molestias de este enfermedad.
- La endometriosis del peritoneo pelviano superficial: el tejido endometrial aparece en la superfície del peritoneo sin infiltrarlo.
- La endometriosis ovárica: aparición de quistes en el ovario, recubiertos por tejido endometrial y llenos de contenido hemático debido al sangrado periódico que se produce en cada cicclo mentrual.
- La endometriosis profunda: infiltración del peritoneo o la capa muscular de los órganos afectados. Suele producir síntomas más graves y puede llegar a causar problemas de salud relevantes e irreversibles en las mujeres que la padecen.
EPIDEMIOLOGÍA
Se estima que la endometriosis afecta en más o menos grado a una de cada diez mujeres en edad fértil. Es la enfermedad ginecológica más frecuente. A menudo su diagnóstico se retrasa porque puede ser asintomática o asociarse a dolores menstruales.
Se trata de una enfermedad benigna, no cancerígena que puede tener un impacto importante en la calidad de vida de las mujeres que la padecen. Puede causar dolor, sangrado menstrual abundante y dificultar las relaciones sexuales. Además, entre el 30% y el 50% de las mujeres que la padecen son estériles.
CAUSAS
Aunque se desconoce la causa, hay distintas teorías científicas sobre el origen de la enfermedad. La menstruación retrógada es la más aceptada. En este proceso el endometrio fluye hacia atrás a través de las trompas de Falopio en lugar de hacerlo hacia adelante para ser expulsado en forma de sangre menstrual.
Se han identificado algunos factores de riesgo relacionados con la genética, la reproducción y la menstruación.
- Edad entre 25 y 35 años.
- Antecedentes familiares
- Menstruación de aparición precoz o de desaparición tardía.
- Ciclos menstruales cortos (de menos de 27 días).
- Menstruación de larga duración (7 días o más).
- Ausencia de hijos.
- Cualquier malformación que dificulte la salida de la sangría mensual fuera del cuerpo.
SÍNTOMATOLOGÍA
La frecuencia y la intensidad de los síntomas varían en función de la persona. En algunos casos (entre el 15% y el 30%), la enfermedad cursa de forma asintomática.
La manifestación principal de la endometriosis es el dolor pélvico y abdominal, la intensidad del cuál no está relacionada con la gravedad de la enfermedad. Este dolor se puede dar:
- Durante la menstruación (dismenorrea).
- En las relaciones sexuales (dispareunia).
- En cualquier momento durante el ciclo menstrual (dolo pélvico crónico).
- Coincidiendo con las deposiciones y la micción (más común durante la menstruación).
Otros síntomas de la enfermedad pueden ser:
- Si el tejido cicatricial que se forma está localizado en los ovarios y las trompas puede dificultar la liberación del huevo o alterar su progresión hasta el útero y es en estos casos cuando puede ser causa de esterilidad.
- Sangrado entre periodos menstruales.
- Sangrado menstrual excesivo (hipermenorrea).
- Problemas intestinales (cólicos, diarrea, estreñimiento…).
Todos estos síntomas pueden ser determinantes para detectar un caso de endometriosis.
En las mujeres asintomáticas la enfermedad no provoca dolor y solo se constata cuando no se produce ningún embarazo y se hace una revisión ginecológica.
¿Cuál es el TRATAMIENTO?
Los principales objetivos del tratamiento para la endometriosis son:
- Suprimir los síntomas, especialmente el dolos pélvico y la dismenorrea.
- Mejorar la fertilidad.
- Evitar la progresión de la enfermedad.
Aunque se dispone de distintas opciones terapéuticas, actualmente todas están encaminadas a controlar los síntomas de la enfermedad. Las opciones principales son:
- El tratamiento hormonal (ya sean anticonceptivos orales, progestágenos o danazol) permite reducir el sangrado y disminuir el dolor ya que limita o para la producción de estrógenos que fomenta el crecimiento del endometrio.
- Analgésicos y antiinflamatorios.
En caso necesario, cuando el tratamiento farmacológico no funciona o en ocasiones concretas en función de las características de la mujer y la voluntad de quedarse embarazada se recurre a la cirugía para eliminar o destruir el tejido endometrial y mejorar los síntomas y la fertilidad.
La intervención quirúrgica más utilizada cuando las lesiones no son demasiado extensas es la laparoscopia. Consiste en eliminar los nódulos y las adherencias mediante la extirpación o la aplicación de calor sobre la lesión. Este es la tñecnica menos invasiva y la que permite una recuperación más rápida ya que solo requiere una pequeña incisión en el abdomen.
La histerectomía o extirpación del útero se realiza en los casos más graves o en mujeres mayores de 40 años.
CONSEJOS e INDICACIONES
- En caso de presentar algún síntoma doloroso, no deje de comentarlo con su médico o ginecólogo.
- El tratamiento hormonal permite controlar en muchos casos los síntomas.