En un número muy elevado de accidentes de tráfico está presente como elemento determinante el consumo de alcohol y otras drogas.
Son muchas las campañas de sensibilización que se han efectuado: campañas informativas, disuasorias e incluso coercitivas. Sin embargo, a pesar de estas acciones, sigue existiendo un problema importante de mentalización y concienciación de muchos ciudadanos respecto a dichas situaciones de riesgo.
El ALCOHOL también es una DROGA DEPRESORA
- El alcohol, al igual que otras drogas depresoras del sistema nervioso -como son el cannabis, los opiáceos (heroína, morfina, metadona), el éxtasis líquido o los tranquilizantes (ansiolíticos, hipnóticos)-, disminuye enormemente la capacidad de reacción del individuo, la capacidad de concentración y los reflejos.
- Esto se traduce en situaciones de riesgo durante la conducción, tanto para el conductor y los ocupantes del vehículo como para el resto de vehículos y personas que circulan por las inmediaciones.
¿Qué entendemos por SUSTANCIAS ESTIMULANTES?
- En cuanto a sustancias estimulantes como las anfetaminas, la cocaína o el éxtasis, es evidente que también suponen un riesgo importante para la conducción.
- El consumo de estas sustancias puede producir una falsa sensación de control, de disminución de la fatiga y de disminución del sueño.
- Sin embargo, es una percepción equivocada que puede traducirse en descoordinación, reflejos minimizados y problemas visuales y auditivos, todo ello acentuado si se mezclan con otros tipos de sustancias.
DROGAS ALUCINÓGENAS
Otro grupo importante a tener en cuenta sería el de las drogas alucinógenas: hongos, LSD y ketamina, entre otras.
- Son sustancias capaces de producir alucinaciones, cambios de percepción de la realidad o visiones imaginarias, y que dependen mucho del estado de ánimo de la persona que las consume, acentuando un posible malestar o un problema psicológico, puntual o pasajero.
LA CONDUCCIÓN
El consumo de cualquier droga puede influir negativamente en la capacidad de control y reacción cuando una persona está conduciendo. |
El alcohol es la sustancia que más protagonismo adquiere, y alrededor de la cual se estructuran la mayoría de las campañas preventivas, pero es importante informar de la situación de enorme riesgo que se adquiere cuando se conduce bajo los efectos de cualquier otra droga.
Los controles de alcoholemia sirven para disuadir a muchas personas a la hora de coger el coche después de haber bebido alcohol, y aún se valora más la posible sanción que la propia seguridad personal y de los que nos rodean.
Por lo tanto, si se consume cualquier sustancia -recuerda que no hay consumo sin riesgo-, debemos planificar y evaluar la posibilidad de trasladarnos en vehículos conducidos por algún amigo o familiar que no haya consumido nada, o hacerlo en transportes seguros: transporte público, taxi…
Todas las personas que han sufrido algún accidente de tráfico después de haber consumido una o más sustancias, seguro que pensaban que controlaban la situación; que llegarían a casa; que era mejor coger el coche para recorrer una distancia relativamente corta -cuando se está bajo los efectos de cualquier sustancia, las distancias se hacen muy, muy largas- que estar buscando un amigo que les llevara a casa o esperando un buen rato a encontrar un taxi o al transporte público.
Pero a veces ese esfuerzo resulta altamente rentable y supone no poner en riesgo nuestra vida ni la de los que nos rodean.
Otros CONSEJOS
- Conducir bajo los efectos de cualquier droga supone un riesgo importante de tener un accidente. Si las consumes, no conduzcas.
- Planifica la noche y baraja la posibilidad de utilizar transportes seguros o con personas que sepas que no han consumido ningún tipo de sustancia.
- Las sustancias estimulantes producen una falsa sensación de control, disminución de la fatiga y disminución del sueño. Pero recuerda que tu capacidad de reacción no es la misma, y una cosa es tu percepción y otra la realidad.
- Esperar un rato a que se nos pasen los efectos no es la solución. Los efectos tardan mucho en desaparecer.
- No hay consumo sin riesgo.