La dermatitis atópica infantil es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel muy frecuente en los niños que se caracteriza por la presencia de eczemas, picor intensa (incluso por la noche), mucha sequedad y enrojecimiento de la piel. Estas lesiones aparecen de pronto (brotes), se van repitiendo a lo largo del tiempo y afectan a diferentes áreas según la edad del niño: codos, rodillas, manos, cuello, cara y cuero cabelludo.
En general, los brotes mejoran en verano, probablemente porque hay una mayor exposición solar y suelen empeorar en invierno, primavera y otoño. En algunos pacientes el curso de la enfermedad puede llegar a ser continuo, con leves remisiones (disminuciones de la intensidad de los síntomas), si es que hay.
CAUSAS
La causa de la dermatitis atópica es desconocida pero se sabe que intervienen factores genéticos y medioambientales que afectan al sistema inmunitario. Es importante, aclarar que la dermatitis atópica no es una alergia a ninguna sustancia determinada y que en ningún caso se resolverá realizando pruebas alérgicas o eliminando alimentos de la dieta. Hay que evitar circunstancias y elementos que provocan el prurito, como por ejemplo, el calor.
Actualmente no existe ningún tratamiento curativo y la evolución de la enfermedad es impredecible. El tratamiento del niño atópico requiere un manejo individual complejo, dónde se hace necesario el control de los factores desencadenantes: cuando aparecen los brotes agudos cortarlos rápidamente y hacer una cura óptima de la piel, mediante buenos hábitos de higiene y aplicación de hidratantes y emolientes.
FACTORES QUE LO EMPEORAN
Hay diferentes factores que empeoran la dermatitis atópica o que desencadenan brotes:
- Duchas o baños con agua excesivamente caliente y durante bastante rato.
- Calefacciones de aire caliente (ex: la de los coches).
- Abrigar excesivamente al niño.
- Fricción de la piel.
- Los agentes irritantes o productos químicos (jabones, detergentes, cloro, humo del tabaco, suavizantes de la ropa, aceites minerales o solventes).
- Los alérgenos (sustancias que causan al alergia i que se encuentran en la comida, en las plantas o animales y en el aire) pueden ser desencadenantes de un brote de dermatitis atópica, siempre que haya una clara relación entre la exposición al mismo y la aparición del brote.
- Clima excesivamente seco o frío o cambios repentinos de temperatura.
- El estrés emocional puede contribuir a la gravedad de los brotes.
- Fibras sintéticas como el nylon y el poliéster, la lana virgen, los plásticos y las gomas en contacto directo con la piel.
TRATAMIENTO
Los medicamentos que se utilizan para aliviar los síntomas y controlar los brotes en la dermatitis atópica son:
- los corticoides tópicos de distinta potencia que se escogerán según las características de la lesión y la zona a tratar,
- los antibióticos por si aparecen las infecciones causadas por bacterias en el caso que el niño se haya rascado intensamente,
- y los antihistamínicos orales para calmar el prurito. En este caso deben utilizarse los que dan sueño (para conseguir un efecto tranquilizador) y en ningún caso deben utilizarse los antihistamínicos tópicos.
En casos muy especiales, siempre que el niño/a tenga más de dos años, y que el médico lo indique, se puede utilizar alguno de los inmunomoduladores tópicos comercializados.
En general, por lo que respecta a la duración de los tratamientos en los brotes agudos, se recomienda que se alargue hasta dos días después de haber mejorado las lesiones y, sin olvidar después, que hay que seguir con los emolientes. La fototerapia con luces especiales ha mostrado ser eficaz en disminuir el prurito y la inflamación de la dermatitis.
CURAS O RECOMENDACIONES GENERALES
- Lavar con agua tibia (30ºC) y hidratar diariamente la piel de vuestro hijo con emolientes 2 veces al día. No utilizarlos si hay heridas abiertas.
- Utilizar jabones de pH ácido (4-5).
- Es aconsejable mantener las uñas del niño/a cortas y limpias. No rascarse las lesiones.
- Utilizar ropa de algodón, de lino o de hilo.
- Cambiar con frecuencia el pañal del bebé.
- Ir con cuidado con algunos alimentos ácidos (ex: cítricos o tomates) porque pueden irritar la piel por contacto directo.
- La exposición solar moderada (con la utilización adecuada de protectores solares que no contengan perfumes) y los baños en agua de mar suelen mejorar las lesiones cutáneas. Posteriormente no hay que olvidar la correcta hidratación de la piel.
CREENCIAS ERRÓNEAS
- La dieta durante el embarazo tiene influencia en el desarrollo de la dermatitis en el futuro del bebé.
- La lactancia materna tiene un efecto protector en el desarrollo de la dermatitis atópica cuando hay antecedentes familiares de atopia.
Más información:
Dermatitis atópica y protección solar