Ya incluso antes de nacer, los niños poseen el reflejo de succión que les va a permitir ingerir alimentos y sobrevivir. Es una de las primeras actividades coordinadas en el neonato, y persiste hasta los dos o tres años. Durante el primer año de vida, le permite básicamente alimentarse, y después también le proporciona tranquilidad y seguridad.
El uso del chupete satisface esa necesidad constante de succionar del niño cuando no se está alimentando.
- Le produce un efecto placentero, ya que le permite descargar tensiones.
- Es un recurso de gran ayuda en niños con cólicos o llantos inexplicables.
- En los niños prematuros, donde el reflejo de la succión no está bien establecido por ser muy pequeños e inmaduros, se puede recurrir al uso del chupete para estimular este reflejo, con lo que se consigue que se establezca antes una succión organizada.
TIPOS Y FUNCIONES
- Los chupetes pueden ser de una pieza o de varias piezas ensambladas.
Estos últimos son los más utilizados por ser más atractivos, aunque los más recomendables son los de una sola pieza, por ser más fáciles de limpiar y evitar el riesgo de accidentes por separación de alguno de sus componentes.
En el mercado hay una extensa variedad de chupetes:
- Anatómicos.
La tetina anatómica imita la forma del pezón de la madre, se adapta perfectamente a la boca del bebé y favorece el desarrollo correcto del paladar. - Fisiológicos, en forma de gota, de cereza, etc.
La tetina fisiológica favorece la formación natural del paladar, ejerciendo la mínima presión sobre éste. - Látex.
Los chupetes “todo goma” están fabricados en látex. Son especialmente blandos y son adecuados para dormir, por no ejercer presión en la carita del bebé. El tamaño de la tetina deberá ser el adecuado para su edad. - Caucho natural.
- El caucho es un material natural, blando y elástico que le proporciona al niño la sensación más parecida al pecho materno.
- Silicona.
La silicona es un material sintético transparente y más rígido. Hasta que el bebé tenga los primeros dientes, se puede utilizar indistintamente cualquiera de los dos materiales, pero a partir de ese momento sólo se recomienda el caucho porque los chupetes de silicona se rompen más fácilmente al morderlos. - Plástico.
No existe una recomendación clara sobre cuál es mejor; será el niño quien aceptará o rechazará uno u otro por cuestión de comodidad.
El uso del chupete no es del todo necesario, porque aumenta el riesgo de infecciones y malformaciones dentales, del maxilar o del paladar, aunque las tetinas actuales se adaptan de manera adecuada al desarrollo bucal del bebé sin interferir en el crecimiento de los dientes, siempre y cuando no se prolongue demasiado su uso.
RECOMENDACIONES
- Elegir un chupete preferiblemente de una sola pieza, o uno que garantice que ninguna de sus piezas se desprenderá, y que sea del tamaño adecuado a la edad.
- Lavarlo con frecuencia, y de vez en cuando esterilizarlo, sobre todo en los primeros meses. Cambiarlo cuando se deteriore.
- No untarlo con azúcar o miel, para evitar la aparición de caries en la dentición provisional.
- No atarlo al cuello, porque existe peligro de estrangulación.
- Evitar su uso en niños mayores de dos años.