La comodidad en el calzado se une, necesariamente, a la salud. Los pies nos transportan de un lugar a otro y soportan nuestro peso durante gran parte del día. Es por eso que, en estas zonas, comienzan los síntomas de agotamiento y malestar.
Utilizar un calzado adecuado no sólo nos proporciona placer al caminar, sino que también ofrece un seguro frente a la salud y protege el pie, de ahí la importancia de escogerlo bien.
HAY QUE TENER EN CUENTA
Al elegir un calzado muchas veces priorizamos el estilo, pero lo más importante, desde el punto de vista práctico, es que sea duradero, que proteja los pies y sea cómodo. Hay que recordar siempre que es el calzado el que debe adaptarse a la forma del pie, y no el pie el que debe ajustarse a la horma del zapato. Y, si lo forzamos, terminaremos con dolor de pies, ampollas, callos…, que con el tiempo pasan a ser permanentes.
El zapato está compuesto por distintas piezas y debemos comprender como se arman para hacer una elección inteligente. Las cuatro partes que podemos diferenciar son: la caña, la pala, la suela y el tacón.
- La caña es la porción del calzado que cubre y sujeta el retropié.
- La pala es la parte que protege el antepié y el mediopié.
- La suela se encarga de proteger el pie del suelo,
- y el tacón es la elevación que existe en la parte posterior de la suela.
¿Las bambas son un buen calzado?
El zapato debe quedar sujeto al pie entre el contrafuerte del talón y el empeine. La suela debe ser de caucho o material sintético de más de medio centímetro de grosor, de forma que actúe como una capa protectora del antepié.
El calzado deportivo puede considerarse un buen calzado preventivo, siempre que se ajuste a cada necesidad. El cierre del zapato debería ser de cordones, pues tienen la ventaja de adaptarse a pequeñas deformidades del pie, a los edemas y a las inflamaciones.
¿Y los zapatos de tacón?
La altura del tacón juega un papel importante en la biomecánica del pie y en las presiones plantares. El pie colocado en un zapato de tacón alto, tiende a resbalarse hacia delante, produciendo un aumento de las presiones soportadas por las cabezas de los metatarsianos y por los dedos.
Hemos de tener en cuenta que el mejor momento del día para comprar calzado es al atardecer, ya que tras una larga jornada es posible que nuestros pies estén hinchados y podamos comprar calzado que no nos apriete, y es necesario probarse ambos zapatos, ya que es habitual que un pie sea más grande que el otro.
CONSEJOS
- Es recomendable no llevar mucho tiempo seguido el mismo el mismo tipo de zapato e intentar cambiarla ya sea con zuecos en el trabajo o con zapatillas en casa.
- En invierno tenemos que ir con cuidado al comprar ya que aunque el calzado sea cerrado, tenemos que asegurarnos que el pie se ventile.