Última actualización: Julio 2019
Los antibióticos son medicamentos utilizados en el tratamiento de infecciones ocasionadas por bacterias. Son los encargados de destruir a la bacteria o de parar su desarrollo en el organismo.
Cada tipo de bacteria requiere un antibiótico específico. En función del proceso infeccioso, el médico prescribe el tratamiento antibiótico más adecuado y con la duración más adecuada.
Es muy importante tener en cuenta que los antibióticos no son efectivos para combatir virus que, a menudo, son los responsables de procesos gripales, resfriados, faringitis de origen vírico, etc.
RECOMENDACIONES para un BUEN USO de los antibióticos
Cada vez que se usa un antibiótico se consume una parte de su utilidad futura para tratar nuevas infecciones.
Los antibióticos mal utilizados comportan consecuencias negativas, tanto para la salud individual como para la salud pública.
Deben tomarse en la dosis correcta y durante un periodo de tiempo apropiado con el fin de eliminar las bacterias de forma rápida y efectiva.
Hay que tener en cuenta:
- Seguir siempre las pautas de administración prescritas por el profesional sanitario de referencia: la dosis, la pauta y la duración.
- Nunca hay que interrumpir el tratamiento, aunque mejoren los síntomas.
- No hay que acumular restos de antibióticos en casa, y no hay que reutilizarlos posteriormente.
- Hay que llevar la medicación restante a la farmacia y depositarla en el punto SIGRE.
- Si durante el tratamiento aparece alguna reacción adversa (sensación de falta de aire, inflamación en la cara o cuello) hay que dirigirse al centro médico más próximo.
Bajo PRESCRIPCIÓN MÉDICA
El uso de un antibiótico frente a cualquier enfermedad infecciosa, debe realizarse siempre bajo prescripción médica, y su solicitud y dispensación en las farmacias tiene que ir acompañada de la correspondiente receta médica. El médico indicará como debe tomarse (dosis, pauta y duración del tratamiento).
Los antibióticos no deben tomarse nunca por iniciativa sin la supervisión de un médico. Es muy importante no automedicarse ya que en muchos casos no estaríamos tratando correctamente la infección y además estaríamos propiciando la aparición de resistencias.
En el caso de los animales de compañía tenemos que seguir el mismo criterio y nunca suministrar un antibiótico sin una prescripción veterinaria.
Conceptos RECORDAR
- No automedicarse con antibióticos aunque se crea reconocer la enfermedad; los antibióticos siempre deben ser prescritos por un médico.
- Antes de empezar el tratamiento, hay que asegurarse de conocer cuántos días, cuál es la dosis y cuántas veces al día hay que tomarlo.
- Ante cualquier duda, falta de información o reacción no esperada asociada al tratamiento, debe consultarse al médico o al farmacéutico.